Embutidos Ezequiel y la Subida al Anlgiru
En 1945 Ezequiel García fundaba en Villamanín una empresa familiar que hoy día es un emporio del embutido y la gastronomía. Al pie del cañón – todos los días – Ana y Ezequiel incluso la hija mayor aprendiendo el oficio.
Un día Ezequiel corrió nuestra Ruta Santa Bárbara y en la actualidad, después de 18 horas de trabajo, aun se calza las zapatillas para correr alguna carrera por León. Con nuestro Angliru no se atreve (aun); tal vez Sergio, uno de los suyos.
Hablar de la Fábrica de Embutidos y Jamones Ezequiel es hablar de más de 70 años de experiencia dedicados a la elaboración artesanal de embutidos. Y todo ello en un paraje ideal: Villamanín, en plena montaña leonesa y a 1200 metros de altitud. Allí es donde se encuentra la Fábrica de Embutidos y Jamones Ezequiel, en la que nuestros embutidos se obtienen de manera tradicional, siguiendo las costumbres del ahumado natural con leña de roble. Siempre han trabajado bajo la misma convicción: mantener los más altos estándares de calidad basados en nuestra tradición, pero también en la innovación y el desarrollo.

Y es que el entorno privilegiado de nuestras montañas, el buen hacer de manos expertas y nuestro respeto por la tradición convierten a los embutidos Ezequiel en verdaderas joyas gastronómicas.
Sin embargo es, inevitablemente, hablar de su fundador, Ezequiel García.
La historia de Embutidos Ezequiel comienza en 1945 cuando Ezequiel se inicia en la venta de productos cárnicos, aprovechándose del entorno y de la tradición que rodeaban a esa zona.
En ese momento, sitúa la Fábrica de Embutidos en la planta superior del que fuera el primero de los restaurantes, y desarrolla su labor inicial en la producción de chorizos y jamones.
Su hijo Amador impulsa y expande el negocio familiar. Así, la pequeña fábrica que abrió su padre comienza a extenderse al mercado nacional. En ese momento, además, se amplían los productos ofrecidos y se introducen innovaciones tecnológicas en las instalaciones, pero siempre desde el respeto por el sabor y la elaboración tradicional de la zona.
En la década de los 90, los valores de esfuerzo y dedicación que caracterizan a esta familia pasan a la tercera generación, bajo Ezequiel García.
